El aprendizaje-servicio combina las ventajas del aprendizaje experiencial y del servicio comunitario. Se caracteriza por:
- Conexiones curriculares: Los alumnos aprenden y se desarrollan. Integrar el aprendizaje en un proyecto de servicio es clave para el éxito del aprendizaje-servicio. Los nexos académicos (con el currículo) deben estar claros y ser construidos sobre habilidades existentes de la disciplina específica.
- Participación de los alumnos: Además de estar activamente implicados en el propio proyecto, los alumnos tienen la oportunidad de seleccionar, diseñar, poner en práctica y evaluar su actividad de servicio.
- Reflexión: Se crean oportunidades estructuradas para pensar, conversar y escribir acerca de la experiencia de servicio. El equilibrio entre reflexión y acción permite a los alumnos ser conscientes en todo momento del impacto de su labor.
- Alianza con la comunidad: La alianza de la institución educativa con agentes sociales permite identificar necesidades reales, proporciona guía y proporciona medios para el éxito del proyecto. En una alianza exitosa, ambos lados deben aportar a y beneficiarse del proyecto. Para ello, se deben crear pautas claras por ejemplo sobre la frecuencia con la que un/a alumno/a se implica en el servicio a un organismo comunitario concreto.
- Verdaderas necesidades comunitarias: El aprendizaje-servicio atiende necesidades de la comunidad. Los miembros de la comunidad local o los receptores del servicio se implican en la determinación de la relevancia y profundidad de las actividades sociales.
- Responsabilidad cívica: Contribuye a desarrollar la responsabilidad cívica de los participantes.
- Evaluación: Contar con instrumentos de evaluación bien estructurados con un feedback constructivo a través de la reflexión, proporciona información valiosa acerca de los resultados positivos del aprendizaje recíproco y del servicio, para facilitar la sostenibilidad y la replicación de la experiencia.
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